Milinko Sole Pantic

El auténtico d10s del Calderón, no estuvo el otro día viendo el partido desde el palco con su hija Giannina, sino que esta todos los fines de semana entrenando a los más niños y educándolos para que en un futuro no tomen el ejemplo del otro 10 tan problemático.
Qué voy a contar que no se sepa de Milinko Pantic, este sensacional futbolista serbio que jugó en el Atlético de Madrid durante tres temporadas en las que anotó más de 20 goles y dió innumerables asistencias. Sus lanzamientos a balón parado son recordados partido tras partido con un ramo de flores puesto en la esquina del fondo sur del Vicente Calderón, y en las retinas de todos nosotros están aquellos goles de "sole" que nos auparon a ganar a una liga y aquel cabezazo que valió una Copa del Rey.

(...)

Cuando me preguntaba que por qué seguíamos siendo del Atleti palo tras palo; y me replanteaba esta manera de vida tan injusta que nos hace ser unos malditos sufridores; sabía que había pasado por aquello muchisimas veces y que el Atleti es así de injusto.Pero es a la vez tan injusto como bonito.
Hoy me dirigía a condenar a mi segundo sobrino a ser un atlético, con apenas 2 semanas de vida, le convertía en abonado del Atletico de Madrid. Iba bastante enfadado conmigo mismo por marcarle un futuro que probablemente le haría mucho daño; pero aun así él se dará cuenta que en el fondo tiene más valor y merito pertenecer a la familia rojiblanca que unirse al rebaño blanco.

(...)

Tengo la habitación llena de poster de Pantic, tengo su camiseta, he tenido máscotas que se llamaban Milinko, mi cuenta de correo lleva su nombre; de pequeño me moría por conocerle, adoraba sus golpeos de balón, sus pases, sus goles... Pantic siempre ha sido y será mi único y auténtico Ídolo.

(...)

De repente me empiezan a temblar las piernas, la cara se me pone roja, los pelos de punta; y ahí al lado justo estaba un tío alto con los ojos muy bonitos que era el hombre que he soñado con conocer toda mi vida. Tras unos segundos sin respiración me dirijo a saludar con mucho miedo a molestar; pero "sole" rapidamente me hecha una mirada, me saluda y se predispone a contentar al chaval nervioso que tenía delante. Se hace una foto con el carnet de socio del bebé, que enseguida es enviada a su padre; se hace fotos conmigo resistiendo los temblores de mis piernas.
Envía a una amiga suya a traerme un poster y unas cuantas fotos para dedicar. Es atento, amable, cariñoso. Pantic es un tío cojonudo, que me trató de maravilla.
Hablamos de fútbol, yo le dije que necesitabamos un Pantic en el equipo, y estoy seguro de que si por el fuese, saltaba al campo a jugar y a dejarse la piel por el Atleti.

(...)

De camino a casa, montado en el coche y sin dejar de mirar los regalos que me había dado se me cae una lágrima de felicidad y no hemos ganado una liga, ni la novena copa de Europa, tampoco hemos ganado el derby del otro día y ni siquiera vamos a ganar la modesta copa del rey; no se ha anunciado que nos quedamos en el Calderón ni tampoco la vuelta de Torres...
Esta lágrima es la misma que se me está cayendo cuando escribo estas lineas...

¿Por qué somos del Atleti?
Qué más da. Me gusta ser del Atleti.